lunes, 23 de abril de 2007

Disco de la semana IV



Abril casi termina, según se quiera ver, un mes más o uno menos en nuestros andares. Como es costumbre y después de un sábado en el que se cantó hasta altas horas de la madrugada, teniendo la grata compañía de mis amigos, América, Patricio y Juan Carlos, decidí que la recomendación musical de esta semana es el disco "Lágrimas Negras" de Bebo Valdés y Diego el Cigala, producido por Javier Limón.


No hacen falta tantas canciones en un disco. Nueve solamente bastan, para que el arte, el sentimiento, el piano, la voz, el bajo, el sax, y un conglomerado de talentos, hagan que uno se quede atónito ante el resultado.


Al respecto, el poeta español Angel González, escribió un prólogo que refleja nitidamente lo que se puede escuchar, y que a la letra dice:


Lágrimas negras es el título de una canción compuesta en los años 30 por el cubano Miguel Matamoros (1894-1971) y que permanece en las memorias: "Aunque tú me has dejado en el abandono / aunque tú has muerto todas mis ilusiones...". Lágrimas negras es también el título del disco que presentan el legendario pianista cubano Bebo Valdés y el cantaor Diego el Cigala.

Una joya que tiene detrás una apasionante historia. El álbum Lágrimas negras es un proyecto de Calle 54 Records, con Fernando Trueba al frente, lo que significa que es una historia de sentimientos apasionados. El de Fernando Trueba hacia la música latina es de dominio público desde que dirigió el filme Calle 54, reflejo de una pasión vital. El flechazo de Diego el Cigala con Bebo Valdés y la canción Lágrimas negras lo cuenta el cineasta en su particular "diario de sesiones" de la grabación que documenta y enriquece este disco.


"Es una extraordinaria amalgama en la que la canción antillana suena a cante, y al revés", dice el poeta ovetense. Estos apasionamientos encadenaron otros y el resultado es el disco de un pianista cubano de 84 años y un cantaor español 50 años más joven. El álbum contiene nueve canciones que son clásicos, con la participación de músicos de primerísima fila. El contrabajista Javier Colina y el percusionista Piraña dejan su sello en casi todas las canciones. Pero en Lágrimas negras, canción que da título al disco, aparece el saxo de Paquito D'Rivera y la percusión de lujo de Tata Güines, Changuito y Pancho Terry. También hay boleros como Inolvidable, Se me olvidó que te olvidé o el Corazón loco popularizado en su día por Antonio Machín y hoy recreado con Niño Josele a la guitarra flamenca.El brasileño Caetano Veloso recita Coraçao vagabundo (una de sus primeras canciones) en Eu sei que vou te amar, de Vinicius de Moraes y Antonio Carlos Jobim. Dentro del repertorio latinoamericano, se incorpora una copla como La bien pagá con coros cubanos (Milton Cardona, Puntilla y Pedrito Ramírez), y también hay homenajes a Bola de Nieve (Vete de mí) y recuerdos a Argentina (Niebla del riachuelo) con el violín del uruguayo Federico Britos. Y siempre el piano de Bebo y la voz de Diego. Dos grandes.

Bebo Valdés es una figura capital de la música latina. Nació en Quivicán (Cuba) en 1918 y su carrera comenzó como pianista en la orquesta de Julio Cueva antes de pasar a Tropicana, bajo la dirección de Armando Romeu. Ya no paró. En 1948, Bebo Valdés era director musical de este célebre cabaret. En 1952, el productor Norman Granz le encargó la grabación de la primera descarga de jazz cubano para satisfacer el interés que esta música despertaba en Nueva York. Por la orquesta de Bebo Valdés pasó un cantante llamado Beny Moré. Creó un nuevo ritmo, la batanga, reacción cubana al mambo. Fué director musical de Lucho Gatica...En 1960, Bebo Valdés abandonó Cuba y desde 1963 vive en Estocolmo (Suecia). Durante 15 años trabajó como pianista en una cadena de hoteles hasta que en 1994, y después de 34 años sin grabar, Paquito D'Rivera le propuso un nuevo disco. Bebo Rides Again fue su reaparición. En este álbum, un Bebo de 76 años tocó el piano, compuso ocho canciones y arregló 11 temas en 36 horas. Casi nada. En 2001 participó en el filme Calle 54, de Fernando Trueba, interpretando Lágrimas negras con Cachao al contrabajo. En las mismas fechas, grabó en un día el disco El arte del sabor, con Cachao (83 años ambos) y Patato Valdés.

Ahora toca con Diego el Cigala.El tío de Diego Jiménez Salazar, artísticamente Diego el Cigala, (1968, Madrid) era Rafael Farina. De niño cantaba Diego por el Rastro madrileño y ganaba concursos de flamenco. A los 20 años, Camarón le rebautizó Dieguito y después trabajó con todos: el mismo Camarón, Tomatito, Gerardo Núñez y los mejores bailaores y bailaoras. Hoy, Diego el Cigala es uno de los artistas más importantes del flamenco y su disco en directo en el Teatro Real, con la guitarra de Niño Josele a su vera, le ha situado en un lugar de privilegio. Diego es el cantaor más abierto de la actualidad. Trabaja habitualmente con el trompetista de jazz Jerry González. Su relación con Fernando Trueba ha sido fundamental: "Haberle conocido es un cambio en mi carrera", dice Diego. "Muere con la música y con el flamenco". De Bebo Valdés, otro tanto: "De Bebo lo he aprendido todo. Aprendes cada minuto que estás con él".

Bebo Valdés y Diego el Cigala han grabado un disco llamado Lágrimas negras. Habrá que escucharles. Detenida y apasionadamente, a ser posible.
En lo personal, Lágrimas Negras, me recuerda a una persona muy querida por mí, con quien caminé un tiempo de la mano queriéndola bien y mucho. Sea como fuere, la realidad es que este albúm no puede faltar en una colección de alguién que guste de la buena música...




3 comentarios:

Juan Carlos Medrano dijo...

Un discazo.
Poco que decir.
Me ha visto amanecer mientras suena "nieblas del riachuelo", llorar por mi padre (en aquel entonces recién fallecido) con "vete de mí", recordar amores eternos con "eu seu que vou te amar", agitanarme con elegancia al sonar "la bien pagá", hacer una declaración de principios con "corazón loco" y alimentar mis egos con "se me olvidó que te olvidé".
Un discazo. Poco que decir.
Casi nadie imaginó que la mezcla fuera tan sutil, aunque vigorosa.

¿Qué oir cómo si fuese uno niño que le impacta cualquier sonido anormal? ¿con los ojos y la boca bien abiertos? ¿qué oir?
- el solo del bajo supremo de Javier Colina en "se me olvidó que te olvidé" / el violín de Prieto en "nieblas del riachulo" / la desgarrada voz de Cigala en la última estrofa de "eu se que vou te amar" / el mágico piano de Valdés en "lágrimas negras".
9 rolitas bien hechas.
¡qué más quiero!

Anónimo dijo...

Sobervio, definitivamente un disco de esos que terminan por rayarse, y no precisamente por la mala calidad o por ser una copia pirata, se rayan de tanto escucharse, de sentirse, de gozarse, de llorarse.
Es redondo, completo, grande. Siempre lo he dicho, y es por eso que siempre me lo recuerda, de haberlo escuchado, seria sin lugar a dudas uno de los favoritos de mi padre.
Olé por Lagrimas Negras, y de paso, Olé por las fusiones, por mas mal que suenen, que para nada es el caso, siempre seran bienvenidas.

Arturo Blanco dijo...

Asi es mis queridos hermanos.

Recuerdas buci en el conchal en la casa del contador, jejeje... a una antigua novia aquel mensaje que le envie todo desafinado por los chupes. "se me olvido que te olvidé a mi que nada se me olvida"

jajaja... luego los niños salían a la alberca mientras al contador se le vetaría mas tarde, los permisos para pernoctar en ese sitio.

hiueyyyy.... pena debiera darnos, risas es lo que ocurre. Finalmente. No aguantan nada o no?

en fin que el disco trae ya gratos recuerdos.