lunes, 9 de abril de 2007

Disco de la semana II


Comienza la actividad. La semana mayor ha pasado, con ella, los rezos, las vacaciones, los días de comidas con familiares y amigos al punto de la gula. Se ha ido otra semana mayor. En mi caso, ésta nuevamente estuvo acompañada por el fallecimiento, ahora, del abuelo materno, hace un año exactamente en las mismas fechas, murió la abuela materna. Así es la vida.


Pero el mundo gira que gira, entonado en una palabra mágica y maravillosa que se llama tiempo. Así que arriba y adelante, así que ahora o nunca, así que a las rutinas, a los desatinos, a las torpezas, a la felicidad, a los errores, a los aciertos, a los abrazos, a los días de sol y nublados, a la oficina, al amor, al mar, al cielo, a las cosas que poseen los días como hoy, los días comúnes...

Aquí el disco de la semana, vale la pena.





Hace 28 años que Cat Stevens grabó su último disco de música pop, Back To Earth, y no ha sido hasta el pasado día 14 que Yusuf Islam, nombre adoptado por el cantante en 1977, ha lanzado un nuevo álbum repleto de la música que le hizo famoso titulado An Other Cup.

Aunque en prácticamente todas las canciones se hacen referencias a Alá, la carga religiosa queda disimulada por la voz y el estilo de las canciones, que difieren muy poco del estilo que nos han acompañado durante tantos años y que me cautivaron hasta llegar a
darle título a este blog. El tiempo sólo ha agravado ligeramente los sonidos, pero las canciones de Yusuf siguen sonando tan dulces como cuando era Cat quien cantaba.

De los 12 cortes que contiene el disco, sólo dos no son totalmente inéditos. Por un lado, tenemos una adaptación de su I Think I See The Light, donde el autor ha introducido guitarras blues y eléctricas, convirtiendo una canción folk en la interpretación más rock de su carrera. La otra es una versión del Don’t Let Me Be Misunderstood de Nina Simone, canción que adquiere más sentido de labios de un Yusuf Islam que perfectamente podría estar cantando una pieza autobiográfica, y en la que acerca puentes entre el Cristianismo y el Islam.

Del resto del disco, destacaría Green Fields, Golden Sands, una composición original de 1968 que no había grabado hasta ahora, que por razones obvias es la que más nos recuerda a los viejos éxitos de Cat Stevens. Aunque por lo dicho hasta ahora, pueda parecer que se trata de un álbum nostálgico, el resto de las canciones (Maybe There’s A World, One Day At A Time, In The End) saben conjugar perfectamente los viejos y nuevos sonidos, que se complementan con el afán por experimentar tan propio del cantante plasmado en el recitado de When Butterflies Leave y en la continua mezcla de instrumentos occidentales y orientales con la que ya coqueteó en sus últimos discos y que ahora se hace mucho más presente.

En definitiva, un disco como los de antaño, con una voz atemporal, y sonidos de ahora. Una demostración más de que oriente y occidente podemos vivir en paz y beneficiarnos de las influencias culturales mutuas.
Alberto Alvarez-Perea

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