sábado, 17 de marzo de 2007

Como cocinar un pavo al tequila

En una formidable hacienda en Nanacamilpa, Tlaxcala, donde ha llovido demasiado desde su construcción, nos encontrábamos un grupo de grandes amigos en el bar de la misma. En una de las paredes atiborrada de fotos, cuadros y demás curiosidades, se encontraba la siguiente receta.
Como cocinar un pavo al tequila

Compre un pavo
Tómese un trago de tequila
Ponga el pavo en el horno
Tómese otros dos tragos de tequila
Ponga la temperatura del horno a 180 hornos
Tómese ahora tres tequilas más de trago
Horna el prendo
Tómese cuatro tequilos más de traguila
Peva el mato
Tequila otra botella de traer
Inserte el pavo en el termómetro
Tequilese otra sirva de copa
Horneé el tequila durante cuatro horas
Saque el horno del pavo
Saque el horno del pavo
Pave el piso del levante
Repave el relleno
Consígase otra tequella de botila
Monga la pesa y tómese una copa de pavila
Bendiga la dición, sírvase y comase
Lisssssto¡¡¡¡

6 comentarios:

Bernardo A. Lamoneda dijo...

Hermano y Amigo que manera de preparar un tequila al pavilo, de no concerte diria que no que no lo has hecho, pero si algo puedo estar seguro es que este vabilo al pequila es sin duda entrada para para otras tantas cosas que de no existir ya estaras creando, contaras con un lector mas para este espacio, esperando de ello anecdotas he historias que como has dicho seran muchas, salud y que nos pongan las del estribo

Juan Carlos Medrano dijo...

enhorabuena hermano. La vida no nos la pintan dos veces. El cielo no es tan azul como a veces. A veces me caigo del tenido y salto de espontáneo. Y salto dando gritos de alegría por tu alegría. Y vivo dependiendo del insomne arrullo que toda palabra tuya me provoca. Palabra honesta y sutil, devastadora y mendiga. Méndiga boca que a madrazos nos maximiza el alma. Enhorabuena hermano.

Arturo Blanco dijo...

Mi querido Bernard Shaw, Bianca, Bernabeú, o como quieras... Un gusto mi amigo verte por aqui... Están pendientes las sesiones para la preparación del volumen dos de los Mayacuiles... Y siempre claro... que nos pongan la del estribo.

Arturo Blanco dijo...

Juan Carlitos... mijooo... aquí estoy siguiendo tus pasos ahora en esto de la blogósfera... Ya nos volveremos a leer, seguiremos cantando una y otra vez en la barra de Abasolo, y como siempre, los vecinos volverán a quejarse.. peor para ellos, ¿o no?

Un abrazo

Anónimo dijo...

Arturito un placer leerte de nuevo, han pasado un par de cosas desde ese lunes de comienzos y de condenado a muerte.
Aca en este exilio voluntario tus frases adquieren otro sentido y me transportan a lugares donde deje cosas suspendidas, tu entenderas mejor que nadie lo que significa la melancolia cuando sobrevive un par de tequilas.
En fin, me da gusto saber de ti y espero que esa mujer de nombre musa comparta el imsomnio y el humo de tu cigarro mas a menudo.
Recibe el abrazo mas grande que se dar y que la noche nunca te encuentre ni con la copa ni con la cama vacia.

Arturo Blanco dijo...

Pasan algo de las cuatro de la mañana. Mucho trabajo, mucha lucha, mucha patria, mucho sueño, harto cansancio.

Pero el alma, los recuerdos, las sonrisas y los ayeres, me impedían ir a dormir sin dar vuelta de correo. Por ello mi querido Barrientos, ha sido todo un gusto saber de ti a través de este brevario al que otros mal le llaman blog.

En ese tuyo autoexilio como dices, sé que te sobran los recuerdos, imagino que a tu mente y corazón se agolpan a cada poco los instantes que a base de sonrisas y sortilegios nos forjaron.

Todavía por mi memoria, ahora que la evocas, se asoman aquellas noches en el departamentito que muchas veces nos vió amanecer, bajo el antifaz de los estudios universitarios.

Han pasado un par de cosas apuntas. Efectivamente es eso y no más. La Universidad y mi calvicie; en tu caso, tu matrimonio y tu retoño que te dictan que la vida es bella, que ahora es siempre, que no hay marcha atrás.

Sabes que cuando vuelvas, por aquí se te espera, se te recibe, se te canta, se te anida.

Los lunes siguen siendo lunes, los jueves a veces se acorbadan, los condenados a muerte aún tienen redención, los amigos somos los mismos aunque pasen los años, aunque haya tormentas y aunque haya distancias.

Finalmente, aunque Boston y Xico, tengan evidentemente discrepancias geográficas, no pueden, aunque quieran, borrar sonrisas, buenaventuras, noches de póker, canciones, poesías, lecturas.

Un gran abrazo, y un gran saludo que te ahoguen de nostalgia y de querencia.

Vuelve cuando quieras..., con sobrado afecto.